¿Cuantas veces he escuchado: no quiero estar conectado, no quiero tener Wifi porque pretendo desaparecer, quiero tomarme un descanso, no quiero saber de nada ni de nadie? Muchas veces, demasiadas diría yo. Desconectado para no interactuar con otros y descansar. En ese sentido lo comprendo. Es válido. Cada quien decide el contacto que desea tener con la familia, los amigos o los conocidos durante una travesía. Pero una cosa es estar activo en las redes sociales y otra muy diferente a no tener una conexión efectiva de datos o WiFi para hacer tu viaje más sencillo. Son dos situaciones diferentes. No nos confundamos.
Yo que comencé a viajar en la década de los noventa; cuando aún estaba muy lejos el uso de internet, aplicaciones de viaje, boletos electrónicos, menús con QR, Google Maps, YouTube para investigar sobre un destino, actualización de recorridos y/o atracciones en cada lugar o el contacto con tu guía por WhatsApp; sé qué es realmente organizar un viaje así, de forma artesanal.
Muchos ahora no saben cómo se usa un mapa de papel tratando de saber cuál es la ruta para la izquierda o derecha, imprimir el itinerario porque no hay otra opción, tener el seguro de viaje o el boleto de avión en físico o hacer mil llamadas para lograr una reservación de hotel. No, no quiero regresar a esa época. Amo el famoso “paperless” por razones ecológicas y de practicidad. Amo mis apps de mapas, reservaciones de hotel o avión, Uber, etc. El uso de datos o Wifi es esencial en mi aventura. Y ésa, es una decisión muy aparte de mi presencia en las redes sociales.
Por lo que desde hace algunos viajes desde 2019 a cada sitio que voy, he comprado un Sim físico para colocarlo en mi teléfono celular. En Bali, por ejemplo, tuve contacto con los guías de los recorridos que hicimos por WhatsApp por si había algún retraso o cambio. En Bogotá, utilizamos tanto el Uber que hubiera sido imposible no tener datos. Mientras que en Nueva York fue imperante para la compra de boletos de algún musical o museo.
Por fortuna, siguiendo con la evolución de las herramientas para facilitar todo a los viajeros, en este reciente recorrido por Europa Central compré un eSim de Holafly. Es un servicio que puedes contratar prácticamente para cualquier país del mundo en Europa, América, Caribe, Asia o África. Puedes acceder a su página web esim.holafly.com/es e inmediatamente te saldrá el listado de países en los que tiene el servicio. Compras el paquete o número de días en los que estarás de visita. En mi caso, adquirí para Europa por 38 días y pagué 1,600 pesos mexicanos (95 dólares).
Antes de realizar tu compra revisa que el modelo de tu celular sea compartible con la tecnología para un Sim electrónico y que tu plan no bloqueé el uso de uno. Una vez realizada la operación te llegará un correo electrónico confirmando tu paquete y otro donde vendrá el QR. El cual instalas en cuestión de unos minutos. En cuanto aterrices a tu destino, activa tu eSim, abre el roaming y listo. Y por favor, asegúrate que tu Sim local esté apagado. Este plan de internet hizo muy sencillo mi viaje durante toda mi estancia, fue efectivo y con uso ilimitado de datos. Lo recomiendo al cien por ciento.
Y recuerda una cosa es estar activo en las redes sociales y otra muy diferente tener datos o WiFi para facilitar tu aventura.
¡Feliz viaje pasajero!
Gabriela Casas